jueves, 3 de julio de 2008

El sombrero de copa

El sombrero de copa

... lo único que necesitamos para convertirnos en buenos
filósofos es la capacidad de asombro...
Sofía dio por sentado que la persona que había escrito las cartas
anónimas volvería a ponerse en contacto con ella. Mientras tanto,
optó por no decir nada a nadie sobre este asunto.
En el instituto le resultaba difícil concentrarse en lo que decía el
profesor; le parecía que sólo hablaba de cosas sin importancia.
¿Porqué no hablaba de lo que es el ser humano, o de lo que es el
mundo y de cual fue su origen?
Tuvo una sensación que jamás había tenido antes: en el instituto y
en todas partes la gente se interesaba solo por cosas más o menos
fortuitas. Pero también había algunas cuestiones grandes y difíciles
cuyo estudio era mucho mas importante que las asignaturas
corrientes del colegio.
¿Conocía alguien las respuestas a preguntas de ese tipo? A Sofía, al
menos, le parecía mas importante pensar en ellas que estudiarse de
memoria los verbos irregulares.
Cuando sonó la campana al terminar la ultima clase, salió tan
deprisa del patio que Jorunn tuvo que correr para alcanzarla.
Al cabo de un rato Jorunn dijo:
–¿Vamos a jugar a las cartas esta tarde?
Sofía se encogió de hombros.
–Creo que ya no me interesa mucho jugar a las cartas.
Jorunn puso una cara como si se hubiese caído la luna.
–¿Ah, no? ¿Quieres que juguemos al badmington?
Sofía mira fijamente al asfalto y luego a su amiga.
–Creo que tampoco me interesa mucho el badmington.
–¡Pues vale!
Sofía detectó una sombra de amargura en la voz de Jorunn.
–¿Me podrías decir entonces qué es lo que tan de repente es mucho
más importante?
Sofía negó con la cabeza.
–Es... es un secreto.
–¡Bah! ¡Seguro que te has enamorado!
Anduvieron un buen rato sin decir nada. Cuando llegaron al campo
de fútbol, Jorunn dijo:
–Cruzo por el campo.
«Por el campo.»Ese era el camino más rápido para Jorunn, el que
tomaba sólo cuando tenía que irse rápidamente a casa para llegar a
alguna reunión o al dentista.
Sofía se sentía triste por haber herido a su amiga. ¿Pero qué podría
haberle contestado? ¿Qué de repente le interesaba tanto quién era y
de donde surge el mundo que no tenía tiempo de jugar al
badmington? ¿Lo habría entendido su amiga?
¿Por qué tenía que ser tan difícil interesarse por las cuestiones más
importantes y, de alguna manera, más corrientes de todas?
Al abrir el buzón notó que el corazón le latía más deprisa. Al
principio, solo encontró una carta del banco v unos grandes sobres
amarillos para su madre. ¡Qué pena! Sofía había esperado ansiosa
una nueva carta del remitente desconocido.
Al cerrar la puerta de la verja, descubrió su nombre en uno de los
sobres grandes. Al dorso, por donde se abría, ponía:Curso de
filosofía. Trátese con mucho cuidado .
Sofía corrió por el camino de gravilla y dejó su mochila en la
escalera. Metió las demás cartas bajo el felpudo, salió corriendo al
jardín y buscó refugio en el Callejón. Ahí tenía que abrir el sobre
grande.
Sherekan vino corriendo detrás, pero no importaba. Sofía estaba
segura de que el gato no se chivaría.
En el sobre había tres hojas grandes escritas a maquina y unidas
con un clip. Sofía empezó a leer.

Mapa de Grecia

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Antigua Grecia