jueves, 3 de julio de 2008

Tres filósofos de Mileto

Tres filósofos de Mileto

El primer filósofo del que oímos hablar es Tales, de la colonia de
Mileto, en Asia Menor. Viajó mucho por el mundo. Se cuenta de él
que midió la altura de una pirámide en Egipto, teniendo en
cuenta la sombra de la misma, en el momento en que su propia
sombra medía exactamente lo mismo que él. También se dice
que supo predecir mediante cálculos matemáticos un eclipse
solar en el año 585 antes de Cristo.
Tales opinaba que el agua es el origen de todas las cosas. No
sabemos exactamente lo que quería decir con eso. Quizás
opinara que toda clase de vida tiene su origen en el agua, y que
toda clase de vida vuelve a convertirse en agua cuando se
disuelve.
Estando en Egipto, es muy probable que viera cómo todo crecía
en cuanto las aguas del Nilo se retiraban de las regiones de su
delta. Quizás también viera cómo, tras la lluvia, iban apareciendo
ranas y gusanos.
Además, es probable que Tales se preguntara cómo el agua
puede convertirse en hielo y vapor, y luego volver a ser agua de
nuevo.
Al parecer, Tales también dijo que «todo está lleno de dioses».
También sobre este particular sólo podemos hacer conjeturas en
cuanto a lo que quiso decir. Quizás se refiriese a cómo la tierra
negra pudiera ser el origen de todo, desde flores y cereales hasta
cucarachas y otros insectos, y se imaginase que la tierra estaba
llena de pequeños e invisibles «gérmenes» de vida. De lo que sí
podemos estar seguros, al menos, es de que no estaba pensando
en los dioses de Homero.
El siguiente filósofo del que se nos habla es de Anaximandro,
que también vivió en Mileto. Pensaba que nuestro mundo
simplemente es uno de los muchos mundos que nacen y perecen
en algo que él llamó «lo Indefinido». No es fácil saber lo que él
entendía por «lo Indefinido», pero parece claro que no se
imaginaba una sustancia conocida, como Tales. Quizás fuera de
la opinión de que aquello de lo que se ha creado todo,
precisamente tiene que ser distinto a lo creado. En ese caso, la
materia primaria no podía ser algo tan normal como el agua, sino
algo «indefinido».
Un tercer filósofo de Mileto fue Anaxímenes (aprox. 570-526 a. de
C.) que opinaba que el origen de todo era el aire o la niebla.
Es evidente que Anaxímenes había conocido la teoría de Tales
sobre el agua. ¿Pero de dónde viene el agua? Anaxímenes
opinaba que el agua tenía que ser aire condensado, pues vemos
cómo el agua surge del aire cuando llueve. Y cuando el agua se
condensa aún más, se convierte en tierra, pensaba él. Quizás
había observado cómo la tierra y la arena provenían del hielo que
se derretía. Asimismo pensaba que el fuego tenía que ser aire
diluido. Según Anaxímenes, tanto la tierra como el agua y el
fuego, tenían como origen el aire.
No es largo el camino desde la tierra y el agua hasta las plantas
en el campo. Quizás pensaba Anaxímenes que para que surgiera
vida, tendría que haber tierra, aire, fuego y agua. Pero el punto de
partida en sí eran «el aire» o «la niebla». Esto significa que
compartía con Tales la idea de que tiene que haber una materia
primaria, que constituye la base de todos los cambios que
suceden en la naturaleza.

Mapa de Grecia

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