viernes, 4 de julio de 2008

Ética

Ética

Volvamos a los seres humanos, Sofía. La «forma» del ser humano
es, según Aristóteles, que tiene un alma vegetal, un alma animal,
así como un alma racional. Y entonces se pregunta: ¿cómo debe
vivir el ser humane? ¿Qué hace falta para que un ser humano
pueda vivir feliz? Contestaré brevemente: el ser humano
solamente será feliz si utiliza todas sus capacidades y
posibilidades.
Aristóteles pensaba que hay tres clases de felicidad. La primera
clase de felicidad es una vida de placeres y diversiones. La
segunda, vivir como un ciudadano libre y responsable. La tercera,
una vida en la que uno es filósofo e investigador.
Aristóteles también subraya que las tres condiciones tienen que
existir simultáneamente para que el ser humano pueda vivir
feliz. Rechazó, pues, cualquier forma de «vías únicas». Si hubiera
vivido hoy en día a lo mejor habría dicho que alguien que sólo
cultiva su cuerpo vive tan parcial y tan defectuosamente como
aquel que sólo usa la cabeza. Ambos extremos expresan una vida
desviada.
También en lo que se refiere a la relación con otros seres
humanos, Aristóteles señala un «justo medio»: no debemos ser ni
cobardes ni temerarios, sino valientes. (Demasiado poco valor es
cobardía, y demasiado valor es temeridad.) Del mismo modo no
debemos ser ni tacaños ni pródigos, sino generosos. (Ser muy
poco generoso es ser tacaño, ser demasiado generoso es ser
pródigo.)
Pasa como con la comida. Es peligroso comer demasiado poco,
pero también es peligroso comer en exceso. Tanto la ética de
Platón como la de Aristóteles se remiten a la ciencia médica
griega: únicamente mediante el equilibrio y la moderación seré
una persona feliz o en armonía.

Mapa de Grecia

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Antigua Grecia