viernes, 4 de julio de 2008

Los semitas

Los semitas

Hablemos de los semitas, Sofía. Pertenecen a otra civilización con
un idioma completamente diferente. Los semitas vienen
originariamente de la Península arábiga pero la civilización
semita se ha extendido también por muchas partes del mundo.
Durante más de dos mil años muchos judíos han vivido lejos de
su patria de origen. Donde más lejos de sus raíces geográficas
han llegado la historia y la religión semitas han sido a través del
cristianismo. La cultura simita también ha llegado lejos mediante
la extensión del Islam.
Las tres religiones occidentales, el judaísmo, el cristianismo y el
Islam, tienen bases semitas. El libro sagrado de los musulmanes
(el Corán) y el Antiguo Testamento están escritos en lenguas
semíticas emparentadas. Una de las palabras dios que aparece en
el Antiguo Testamento tiene la misma raíz lingüística que la
palabra Allah de los musulmanes. (La palabra allah significa
simplemente dios.
En lo que se refiere al cristianismo, la situación es más compleja.
También el cristianismo tiene raíces semíticas, claro está. Pero el
Nuevo Testamento fue escrito en griego, y, por consiguiente, la
teología cristiana estaría, en su configuración, fuertemente
marcada por las lenguas griega y latina, y, con ello, también por
la filosofía helenística.
Hemos dicho que los indoeuropeos creían en muchos dioses
distintos. En cuanto a los semitas resulta también sorprendente
que desde muy temprano se unieran en torno a un sólo dios. Esto
se llama monoteísmo. Tanto en el judaísmo como en el
cristianismo y en el Islam, una de las ideas básicas es la de que
sólo hay un dios.
Otro rasgo semítico común es que los semitas han tenido una
visión lineal de la Historia. Con esto se quiere decir que la
Historia se considera como una línea. Dios creó un día el mundo,
y a partir de ahí comienza la Historia. Pero un día la Historia
concluirá. Será el día del juicio final, en el que Dios juzgará a
vivos y muertos.
Un importante rasgo de las tres religiones occidentales es
precisamente el papel que juega la Historia. Se cree que Dios
interviene en la Historia, o, más correctamente, la Historia existe
para que Dios pueda realizar su voluntad en el mundo. De la
misma manera que llevó a Abrahán a la “tierra prometida” dirige
la vida de los seres humanos a través de la Historia y hasta el día
del juicio final en que todo el mal será destruido.
Debido a la gran importancia que los semitas atribuyen a la
actividad desarrollada Por Dios en la Historia, se han preocupado
durante miles de años de escribir Historia. Precisamente las
raíces históricas constituyen el núcleo de las escrituras sagradas.
Todavía hoy en día Jerusalén es un importante centro religioso
para judíos, cristianos y musulmanes, lo cual también nos dice
algo sobre las bases históricas comunes de estas tres religiones.
En esta ciudad hay importantes sinagogas (judías), iglesias
(cristianas) y mezquitas (islámicas). Precisamente por eso resulta
tan trágico que justamente Jerusalén se haya convertido en una
manzana de discordia, en el sentido de que la gente se mata a
millares porque no es capaz de ponerse de acuerdo sobre quién
debe ostentar la soberanía en la ciudad eterna. Ojalá las
Naciones Unidas lleguen algún día a convertir Jerusalén en un
lugar de encuentro de las tres religiones. (Por ahora no diré nada
más sobre la parte práctica del curso de filosofía. Eso lo dejamos
en su totalidad al padre de Hilde, pues supongo que te habrás
dado cuenta de que él es observador de las Naciones Unidas en
el Líbano. Para ser más preciso puedo decirte que presta sus
servicios como Mayor. Si estás empezando a intuir cierta
coherencia en todo esto vas por el buen camino. Por otra parte,
no debemos anticipar los hechos.)
Hemos dicho que el sentido más importante entre los
indoeuropeos era la visión. Igual de importante es para los
semitas el oído. No es una casualidad que el credo judío empiece
con las palabras «¡Escucha, Israel!». En el Antiguo Testamento
leemos que los hombres «escuchaban» la palabra de Dios, y los
profetas judíos suelen iniciar su predicación con la fórmula «Así
dice Jahvé (Dios)». También el cristianismo atribuye mucha
importancia a «escuchar» la palabra de Dios, y los oficios de las
tres religiones occidentales se caracterizan por la lectura en voz
alta, o la recitación.
También he dicho que los indoeuropeos han construido siempre
imágenes y esculturas de sus dioses. Igualmente típico resulta
que los semitas hayan practicado una especie de “prohibición de
imágenes”, lo que significa que no está permitido crear imágenes
o esculturas de Dios o de lo sagrado. De hecho, en el Antiguo
Testamento se dice que los hombres no deber crear ninguna
imagen de Dios. Esta prohibición sigue vigente hoy en día tanto
en el judaísmo como en el Islam. En el Islam existe incluso una
animosidad general contra las fotografías y artes plásticas,
porque los hombres no deben competir con Dios en lo que se
refiere a la «creación» de algo.
Sin embargo, dirás, en la Iglesia cristiana abundan las imágenes
de Dios y de Cristo. Es cierto, Sofía, pero eso es justamente un
ejemplo de la influencia del mundo grecorromano en el
cristianismo. (En la iglesia ortodoxa, es decir en Rusia y Grecia,
sigue estando prohibido hacer imágenes talladas, es decir
esculturas y crucifijos, de la historia de la Biblia.)
Al contrario de lo que pasa con las grandes religiones orientales,
las tres religiones occidentales resaltan el abismo entre Dios y
su Creación. El objetivo no es salvarse de la transmigración de
las almas, sino del pecado y de la culpa. Además la vida religiosa
en estas religiones se caracteriza más por las oraciones,
predicaciones y lectura de las escrituras sagradas que por la
autocontemplación y meditación.

Mapa de Grecia

Mapa de Grecia
Antigua Grecia